Qué maravilla.
Hoy le enseñé a unos alumnos cómo sacar partido a un error, en lugar de frustrarse.
Está lloviendo, por tanto no tuve que llegar a barrer las hojas del ciruelo. Ésas que encuentro tan decorativas diseminadas en el suelo, pero que tanto molestan a mi vecina.
Compré unas sopaipillas calentitas, listas para comerlas espolvoreadas con azúcar flor.
Que algunos le dicen "impalpable", pero están mal; básicamente porque se palpa, ¿viste?
Me puedo quedar tranquilamente en casa, tejiendo al lado de la estufa, porque hoy no tengo que ir a ninguna tontera de "happy hour", a tomar mojitos y margaritas con gente que casi ni conozco.
Mañana no tengo que levantarme a las seis.
Qué más se le puede pedir a un viernes.
Ah, ¿sabían que Robinson Crusoe está inspirada en la historia de Alexander Selkirk, un tipo al que abandonaron en una isla chilena?
Y, sí.
Me acordé por lo de "viernes".
1 comentario:
Cierto, es chilena la isla. Chile se extiende allende el mar.
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