CAPÍTULO MDLXXXVIIZY
Luego del Discurso Mesiánico, y tras obtener el control de una Porción del Planeta, revélese como Supremo Hacedor de Cosas.
¿Que qué cosas?
No importa, cosas.
París bien vale una misa. Piano, piano. Queme sus naves.
¿La venta?, demórela lo más que pueda. El Rubicón no se atravesó en un solo día.
Pero sobre todo, venza. Venza. Venza. Sin prisa, sin pausa. Venza, que algo queda.
Después, habrá tiempo para venir y ver, si quiere.
Por cierto, si sigues haciendo preguntas, no vas a llegar muy lejos, muchachín.
3 comentarios:
Lo veo y me da escalofrío, es un Carlos Saúl cualquiera !!!
tal cual
se lo ve muy a full...
jaja, iba a decir lo mismo; el Carlos andaba en una Ferrari, a caballo, jugaba al básquet o al fútbol... y bué de alguien se aprende. Lo unico que falta es que venga y se case con Susana Giménez
M
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