Pasa que durante un tiempo nos dijeron "los ingleses de Sudamérica" -por esa cosa un poco gris, supongo-, pero creo que de la década del 50 para acá ya no -aunque según una teoría personal mía que yo tengo, y que ningún historiador se ha atrevido a desbaratar, "ser los ingleses de Sudamérica" fue la tesis que le permitió a Pinochet hacer tan buenas migas con la Tatcher (porque se podrá decir cualquier cosa de Pinochet -dictador, ladrón, asesino, etc.- pero nadie me puede venir a decir que no era un "huaso ladino"). Después dijeron que éramos "la Suiza de Sudamérica". Ahí me perdí. Le pregunté a una gente suiza a la que por aquel tiempo daba clases de castellano si sería acaso porque acá estábamos recibiendo plata sin hacernos muchas preguntas acerca de de dónde provenía, pero no me contestaron. No me contestaron el teléfono. Nunca más. Un rato después dijeron que éramos como Irlanda, como... bah, no sé; lo importante es que ya van tres veces -y tres es un montón- que descubro nimias semejanzas entre la forma de hablar de los brasileños y la de los chilenos. Claro, ya veo que me vas a discutir que son "nimias", pero estarás de acuerdo en que la mayoría de las guerras han empezado por un quítame allá esas pajas, y no vamos a decir que las guerras no son una de las cosas más serias del mundo. También uno se casa por nimiedades. Bueno, otros. No voy a ser tan vaca como para decir ahora que lo de mi ex marido era una nimiedad. Que no lo era, caramba.
Entonces, aunque nimias, las nimiedades -a mí entender- son muy decidoras, y el asunto es -porque ya es hora de ir al meollo, y además me estoy complicando un poco con tanta frase explicativa- que una de las cosas es que brasileños y chilenos a las cucarachas les decimos "baratas", la otra cosa no me acuerdo -pero era muy buena y súper válida, créeme- y la tercera cosa la descubrí cuando -después de ir a ver el blog de Podeti (o Podetti, o Esteban, dependiendo de qué laya de gente eres), después de no ver el de Mauro Entrialgo (porque el perla se toma un mes. No sé si de vacaciones, porque yo no me meto en la vida de nadie. Pero de que se lo toma, se lo toma)- me fui al blog de Adao (me falta la virgulilla sobre la segunda a, perdón) Iturrusgarai -porque, aparte de uno que otro email, para lo único que uso internet en casa de un tiempo a esta parte, y me atrevo a decírtelo a la cara básicamente porque no te conozco, es para ver blogs de dibujantes extranjeros... epa, ¿o sea que para mí los dibujantes extranjeros son lo que para otros es la pornografía?... puede ser, puede ser, no lo afirmo a priori ni lo descarto a posteriori. Pero no me toco- y vi una tira en la que descubrí que lo que en casa del Sr. Iturrusgarai es "um pum", en la mía es ¡"un pun"! Me van a disculpar, pero la semejanza es obvia hasta para el más miope. Lo que me tiene mal es de dónde vienen estas semejanzas. No hago otra cosa que pensar en ello. Estoy realmente desconcertada. Desconcertada como cuando uno despierta de la siesta a las 21:10. Como cuando uno tiene un ataque de pánico en circunstancias de que toda la vida ha pensado que los ataques de pánico son un fraude sustentado a duras penas por gente patética y psicólogos inescrupulosos y ahí como que te da más pánico después que se te pasó el ataque porque todo el sistema de creencias empieza a tambalear. O como cuando uno queda embarazada y no ha conocido varón.
No, una de ésas no me ha pasado.
Ah, para ver la tira "clica ACÁ"
2 comentarios:
No se si del cono sur, porque como que ya hay unos 180 millones acá arriba a la derecha que se adjudican el mote. Pero bien podrían ser los brasileños del Pacífico ..si..si, desde ahora son los brasileños del Pacífico.
¡Qué hueno! los brasileños trasandinos ahora nos abren las puertas a sus frías playas cariocas del oeste, los uasos gaúchos, la pisquinha sour, la sambacueca, y sus bellas garotas bronceadas bajo el sol de Chiloé.
Moncho
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