sábado, 23 de octubre de 2010

¡Que lo mueeeestre! ¡Que lo mueeeestre!

Resulta que el tipo está ahí, donde siempre quiso estar, en el Olimpo, tuteándose con la flor y nata primermundista europea, con una pequeña cosita armada en la entrepierna de tanto gusto, porque todos sus multimillones hasta ahora no le habían alcanzado para comprar el cielo; regalando piedras a diestra y siniestra que para eso hay, que no se note pobreza, la opinión pública está con nosotros, súbete al carro población La Victoria, hagamos nuestra la máxima farandulera, "no importa que se rían de ti y que hablen mal, lo que importa es que hablen"; no más materias primas, ahora exportemos la "chilean way " de hacer las cosas, y demos jugo, demos jugo, demosjugodemosjugodemosjugodemosjugodemosjugodemosjugodemosjugodemosjugo que patria queda poca, ¡pero aún tenemos jugo, ciudadanos!... las cosa es que el tipo está ahí, "top one", como perro con dos colas, y viene la mujer (oh, Perdición del Hombre) -toda pudorosa, sin hallar dónde poner los ojos de tanta vergüenza ajena, ajena pero propia, que es peor, porque al fin y al cabo prometió que iba a estar con él en las duras y en las maduras, hasta que la muerte los separe, pero cuándo se iba a imaginar, claro, la pobrecita, parada allí frente al altar que el precio iba a ser tal alto, porque una cosa es casarse con un pelotudo y que se entere la familia y el sector oriente de la capital y otra muy distinta es que se entere el mundo al instante; aparte en el Colegio Jeanne D'Arc tendrían que haberle enseñado a reconocer a un "roto de mierda", ¿no?- y viene la mujer, repito, y le empieza a tironear la manga para que ya poh, córtala, sabís que parece que ya no se están riendo "con" nosotros... No pues, Ceci, usted como orientadora familiar, salida de universidad privada, usted me parece bastante desorientada. ¿Acaso no leyó en el Manual de la Familia Bien que una debe formar un férreo bloque al lado de su Pierna Peluda, aunque se venga el mundo abajo?, ¿que no se da cuenta que con su actitud lo único que consigue es dar pábulo a que el perraje -porque de la Oposición ni hablar. Concertación: ¡NO EXISTES!- empiece a arrastrar por el fango de la duda la sacrosanta lealtad a rajatabla que toda mujer de bien le debe a su hombre?... Ya, ya, ya, tranquilita, doña Ceci. Alce la frente, respire profundo, haga de tripas corazón como buena mujer chilena, saque pecho, entre la guata y apechugue nomás; no queda otra. Me encantaria decirle "ya va a pasar", pero no es así; hasta diría que la cosa se va a poner peor. Pero usted, siempre digna. La ropa sucia se lava en casa. Por ahora, ¡eo eo eo que siga el hueveo!

1 comentario:

aleida-g dijo...

Que buen inglés, me recuerda a un ex ministro de economía nuestro.
Mire....y escuche.


http://www.youtube.com/watch?v=yPE5kMZ-m2c