lunes, 28 de junio de 2010

¡O vivir con honor o morir con gloria!

Antes de que esta farsa pase a mayores, quisiera sincerar algunos puntos. A saber:

Que nunca en mi vida he dado un peso por la selección nacional en particular ni por el fútbol en general. Y cuando digo que no he dado un peso, entiéndase en sentido literal y figurado.

Que de fútbol entiendo tanto como de Mecánica Popular. Y no porque sea particularmente complejo, sino porque el fútbol para mí es como esas teleseries mexicanas que uno, si se da la instancia, puede ver un rato, pero no se toma la molestia de entender el argumento; total, ya va a pasar.

Que si this time for Africa, entonces quiero saber con cuánto se van a poner Blatter, Pelé, Maradona, Beckenbauer, Zamorano, los Ronaldos, Beckham y toda esa caterva que le ha sacado el jugo al chiringuito que se montaron.
(Shakira no. A ella lo que me gustaría preguntarle es cuánto le pasa mensualmente a Antoñito de la Rúa. Supón que el día de mañana me da por tener un toy boy y quiero ir conociendo el mercado.)

Que no estoy de acuerdo con que el fútbol sea el opio de los pueblos. Si así fuera, al menos tendría algo de estilo. No. El fútbol es la pasta base, el paco, la escoria de la cocaína que los traficantes de cuarta mezclan con talco, con raspadura de muro, y, si los apuran, con ralladura de los callos, para luego distribuirla en poblaciones marginales.

Que, hasta donde sé, los sudafricanos blancos siguen siendo unos malditos bastardos.

Bah, igual que los ricos de acá.
A propósito, también me gustaría saber con cuánto se va a poner Sebastián Piñera para paliar los problemas de África. Porque si alguien en este país le ha sacado provecho al Mundial, es él.
Y para que no digan después que soy pura boca y no colaboro, me ofrezco a hacer una nómina en Excel y hacerla circular por internet.

Ah, pero antes de cerrar el ítem Plata, también quiero que me digan qué hicieron con la ingente cantidad de plata que se embolsilló la Teletón gracias al terremoto y que todavía nadie sabe qué pasó. Y lo que me parece más grave es que nadie reclame, por tanto, tengo fundadas sospechas de que acá hay 16 millones de coludidos.


No obstante, tengo el estómago hecho un nudo.


Y, Dios, aparta de mí ese ventilador.

2 comentarios:

mosca brava dijo...

No la voy a compadecer porque esto es fóbal y no se puede padecer con otro que no sea del mismo palo de uno, así que pa' que la voy a engañar. Ahora, me parece que lo del nudo de su estómago era Kaká. ¿No?

aleida-g dijo...

Todos somos del palo de los que están frente a Brasil don Mosca.
Anai, muy decoroso lo de la roja !