jueves, 29 de marzo de 2012

El empleado del mes

"No debo inventar formas de golpear a mis compañeros", escribe en el pizarrón un castigado Bartolomeo J. Simpson en el introito de uno de los capítulos de la serie. Y, como si de un mandato del Divino Hacedor se tratara, un puñado -pero de los puñados grandes- de mis alumnos se desviven día a día por llevarlo a la práctica. Pero al revés.
Es de contar y no creer la cantidad de energía que utilizan los críos de 6 a 18 años en patearse, hacerse zancadillas, pegarse chirlitos y darse puñetazos de variada envergadura. ¿Cómo no van a llegar agotados física, intelectual y moralmente a la hora en que me toca explicarles la diferencia entre narrador homodiegético y narrador heterodiegético?, me pregunto yo. ¿De dónde continúo sacando fuerzas para evitar entrar en la espiral de violencia colectiva que a ratos me seduce con cantos de sirena y otras me come las manos, lisa y llanamente?, me pregunto también yo. Porque he de contarles -y acá entramos derechamente en otro capítulo de las " Escenas de la Vida Laboral" a las que tanto me tengo acostumbrada- que ya van dos veces en que casi me voy a las manos con la directora.
Pero he aquí que un buen día, un día en que estábamos reorganizando el horario de los profesores con la directora (en la época dorada en que hasta nos hablábamos, incluso; o sea, hace como dos semanas), un día en que no hallábamos a quién endosarle las horas del Taller de Deporte, agarramos y se las dimos al profesor de Ciencias Naturales. Profesor de Ciencias Naturales, valga la aclaración, que no es aquel tipo que nos rejuró una vez partirse el lomo por nosotras. No. No es ése. Ése nos abandonó tres días antes de que se iniciaran las clases, para arrojarse en brazos del primer colegio que le ofreció más horas.
Ojo. Después no se quejen si nos hacemos hermafroditas.
Pero volvamos al profe de ciencias.
Cuando le ofrecimos el Taller de Deporte al profe de ciencias, nos dio idéntica respuesta que cuando le ofrecimos el Taller de Computación y cuando le imploramos que aceptara las horas de Lenguaje y Comunicación del Sexto Básico: un ligero alzamiento de hombros acompañado de un descendimiento de las comisuras, precediendo a un tibio "Bueno".
Acá permítanme hacer un alto para formularme una interrogante: ¿será el profesor mentolatum (ése que sirve para todo) el que salve al mundo de la crisis en que estamos, o es precisamente el "maestrochasquillismo" docente el que nos tiene como nos tiene?.... Who knows.
Pues bien, resulta que el profe de Ciencias Naturales, ahí donde lo ven, hombre de pocas palabras, adicto a la Coca Cola, bajo perfil (no como el de Inglés, ni el de Física... y pare de contar porque lamentablemente, muy lamentablemente, créanme, la docencia por estos lares es un matriarcado), acabó siendo un verdadero HA-LLAZ-GO. Tiene a los cabros chicos vueltos locos practicando full contact, tae kwon do o no sé qué mariguanza, pero la cosa es que ahora ya no se pegan patadas como energúmenos, sino como perfectos caballeros. Si hasta se saludan antes y todo. Y aparte ya identifican sin ningún problema al narrador homodiegético y al narrador heterodiegético. ¿Qué me decís tis?
Ah, pero no crean que todo ha sido miel sobre hojuelas.
Los más grandes, los de Primero y Segundo Medio, los pesos pesados, los que no tienen Taller de Deporte, andaban medio amargados mirando a los críos que lo pasaban bomba y ellos na' ni na'; así que hablaron con el profe porque también querían aporrearse civilizadamente. Y el profe habló con la directora. Y la directora dijo "no hay plata para pagar otro taller". Y el profe dijo "lo hago gratis". Y hoy casi lloré cuando vi a la más granada semilla de maldad del colegio quedarse hasta las seis de la tarde (en circustancias que en clases, a las dos ya están que cortan las huinchas) intercambiando unas cosas como chalecos antibalas que les llevó el profe, otras cosas como cascos calados, que también les llevó el profe, y, sobre todo, intercambiando patadas surtidas, que proveyeron ellos mismos. Pero con respeto, eso sí. Respeto a los turnos, respeto al que le tocaba hacer de árbitro bajo la atenta y severa mirada del profe de ciencias (que ustedes entenderán,  para unos críos medio inadaptados, con padres golpeadores, encarcelados, adictos, o, en el mejor de los casos, inexistentes, el tipo ya adquirió connotaciones míticas), y, sobre todo, respeto a las partes pudendas del eventual adversario.
Grandes cosas se pueden hacer a punta de patadas.

Lo mejor es que ahora las profes ya tenemos con qué extorsionarlos.

Lo otro es que, y lo siento por el profe de Inglés y el profe de Física, ya tenemos Macho Alfa.

La tribu ha hablado.

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(¿Habrá de esos cosos protectores para directoras y jefas de UTP?)

domingo, 4 de marzo de 2012

The Wall Live Tour 2012: El Prolegómeno









La mejor parte fue cuando un tipo en la fila de atrás le explica a un niño de unos doce años:
Lo que vamos a ver no es cualquier weá... es una weá conceptual... con sonido cuadrafónico... y con una weá de imagen...

sábado, 3 de marzo de 2012

Cosi "fan" tutte

Y bien, he decidido abandonar mi Torre de Marfil labrada primorosamente durante tres lustros con expresiones peyorativas dedicadas a aquellos ratones de cola pelada que contribuyen a acrecentar las multibillonarias arcas del cantante X, del músico Y o del saltimbanqui Z, y -en lugar de quedarse cómodamente sentados en su sofá, agitando un par de cubos de hielo en un vaso de earl grey mientras miran en su televisor, de los de antes, alguna joya del séptimo arte comprada a precio de huevo a su proveedor pirata amigo- optan por pasarse horas al rayo del sol para apretujarse luego junto a una muchedumbre que voceará una jerigonza metafórica que apenas si entiende, y deslumbrarse con una parafernalia inconmensurable.





Y espérate, que el resto de la vida voy a andar contando que estuve allí. Para eso uno va.