jueves, 25 de noviembre de 2010

¡Nos quedamos!

Tal como hay gente que dice acordarse de qué estaba haciendo cuando se enteró de la muerte de Kennedy, quiero que quede registro de que yo estaba preparando una ensalada de lechuga escarola con zanahoria rallada -rallada con la parte de hoyos grandes del rallador que le compré a un feriano el otro día, y que me dijo, el feriano, que había que usarlo, al rallador, lavarlo y SECARLO, y me repitió como tres veces SECARLO, hasta que yo parece que lo miré raro porque me aclaró "no porque después me vienen a reclamar que el rallador se les oxidó", y yo no le dije ni sí ni no, pero me dio mala espina, entonces pensé en no comprarle ninguna cuestión de rallador, pero después pensé en que quizás cuántas relaciones interpersonales con intercambio de fluidos corporales o sin él se habrían salvado si el usuario hubiera tomado la precaución de seguir estas sencillas instrucciones, así que le pagué los 500 pesos y me fui, y resulta que el feriano tenía razón porque el rallador está impecable y eso que ya lo he usado como dos veces-, estaba preparando una ensalada, decía, cuando me enteré de que este gobierno por fin ESTÁ HACIENDO LAS COSAS BIEN y me hizo caso y cambió el logo ese asqueroso que alguna vez denuncié por este mismo canal. Logotipo, isotipo, no sé bien cómo se llama el mono ese.
Así que, nada, no voy a ninguna parte, me quedo acá.
De todas maneras, aprovecho de agradecer con toda el alma a los millones y millones de personas de otras partes que honran  este humilde blog con su presencia; quienes, de manera totalmente desinteresada y haciendo gala de un altruismo a toda prueba, no me prestaron su casa.
Este gesto, que los retrata de cuerpo entero y sin ningún tipo de  cosas raras de esas que les hacen ahora a las imágenes, no lo olvidaré mientras viva. Cosa que me deja en una situación bastante inconfortable porque quedo debiéndoles un favor que no me hicieron, y además ya me queda poco espacio en la memoria y estoy tratando de recordar lo menos posible, de manera que apenas puedan -mañana mismo, ojalá- me encantaría que me pidieran cualquier cosa, pero entendámonos bien, cualquier cualquier cualquier cualquier cualquier cosa que necesiten ustedes me la piden y yo voy y no la hago.
No sé qué piensan ustedes, pero esta actitud me parece bastante sana de nuestras partes, y creo que de seguir así nuestra relación interpersonal in absentia puede crecer y fortalecerse.
Más todavía si tenemos la precaución de lavar y secar después de usar.

2 comentarios:

gabrielaa. dijo...

le iba a pedir que me preparara un buen pisco sour, pero ahora qué sé yo. lo dejo a su criterio.

Moncho dijo...

No se entiende aquello de los fluidos corporales, el rayador y el feriano, pero seguir las instrucciones parece razonable en cualquier circunstancia.
Y ya que estamos, para mí también un pisquito por favor.