viernes, 11 de marzo de 2011

Rescate en la Joya del Pacífico

En aquella remota zona a la que me condujo mi última Misión, vi construcciones inverosímiles que parecían ideadas por alguna mente diabólica.










Vi senderos que se bifurcaban ante mis ojos, y que me sumían en la Negra Angustia que precede a la Decisión sin Retorno.




Jergas incomprensibles taladraron día y noche mi cerebro, impidiéndome conciliar el reparador sueño que tanta falta me hacía, por lo demás.










Seres de pesadilla surgieron por doquier y me acecharon a cada paso.






Ho-rro-ro-sos Cancerberos Mutantes de Una Sola Cabeza custodiaban el acceso al Supramundo, que los Naturales -llamados "Porteños"- conocen como "Cerros".







Mientras que en la zona situada a nivel del mar -el "Plan"- enormes Serpientes de Metal,  que se alimentaban de electricidad, reptaban incesantemente y en todas direcciones.




En un momento las fuerzas me flaquearon. El hambre atenazó mis entrañas y no tuve más alternativa -en este país que incita al Canibalismo- que ingerir una bazofia compuesta de carne de algún tipo de cuadrúpedo -del que más vale no indagar la especie- y una materia verde y pastosa -que correrá la misma suerte que la especie de cuadrúpedo que acabamos de mencionar-.
Esta bazofia es conocida  por los Naturales como "Chacarero".
Un espectáculo deplorable. Tal como consta en el testimonio gráfico que logré captar poniendo en riesgo mi vida.



Cuando ya creía que Esperanza, Fortuna, Fortaleza Física, Cordura, Belleza y Buenas Piernas -Deidades que me acompañan casi como una segunda piel- esta vez se irían con el primero que pasara, di en encontrar aquello que me había llevado a tan pavorosa región:



Encontré al fin la parte donde tenían secuestrado al Hombre Araña.
Y a otros musculosos también.


(No continuará)







1 comentario:

Igor dijo...

Amo a Buenas Piernas! Un abrazo.