Corríjanme -con ternura- si estoy equivocada, pero si la carrera espacial sólo sirvió para que ahora tengamos teflón y velcro, pues déjenme decirles que vale cada uno de los morlacos que se gastaron.
Al velcro le debo no haberme roto la espalda atando cada dos cuadras las zapatillas de mi hija, y también no verme sometida al engorroso proceso de enseñanza del nudo de lacito. Al final yo tenía razón: "no importa si a los dos (o seis, no me acuerdo) años todavía le doy la comida licuada, a los veinte ya va a masticar", o "no importa si no le enseño el nudo de lacito; si realmente es necesario, a los veinte años ya lo va a haber aprendido de alguna manera".
¿Y al teflón?
Aaaaaaah, al teflón Pablo Neruda tendría que haberle escrito una oda. Pero parece que no tuvo el gusto de conocerlo.
No he hecho el cálculo exacto, pero así, a ojo, estimo que he ahorrado una fortuna al no comprar esas cosas que acá llaman "esponja de acero" y "lana de acero", que, por cierto, no son ni esponjas ni lana ni acero (seeeeeeee, ponlo en la lista de Curiosidades Chilensis; al lado de "pan de pascua" y "azúcar flor"... a ti te digo... ah, encontré "Placita Yarur"...) y que aparte te dejaban las uñas a la miseria cuando raspabas las ollas y sartenes, así que ahí hay otra fortuna que me ahorré en manicure.
Pero como nunca me he hecho la manicure, descontemos esa fortuna.
También está ese asunto con las ollas de aluminio; eso que como que desprenden una cosa que si la comes a la larga te mueres o quedas tonto; pero, en aras del rigor científico, desechémoslo porque hagas lo que hagas -o dejes de hacer lo que dejes de hacer- a la larga siempre al final te mueres, y tontos... bueno, la tontera es como el tango, en algún momento ocupa un lugar importante en tu vida.
Pero no nos apartemos del teflón (eso fue un chiste, ¿lo notaste?... "no nos apartemos del teflón"... ¿no?... bueh, andá a cambiar la pastisha), lo que más me gusta del teflón es que ahora ninguna suegra va a venir a decirme A MÍ que no sé ni freír un huevo, porque ahora hago huevos revueltos única y exclusivamente cuando YO quiero.
Y en esto no escatimo en gastos.
Un día, cansada de acordarme de la madre de los fabricantes de sartenes que le ponen poquito teflón y que no te duran nada, me compré una bien bien bien cara, francesa y todo, que se veía que tenía tanto teflón que lo más probable que mi último deseo fuera que me hicieran una omelette de jamón en ella, y que mientras la bajaba con una stellita, fueran y me prepararan de postre unos panqueques con manjar. Peeeeeeeeero, ¿viste como es la vida?, el otro día a la tontorrona se le salió el mango.
El teflón impecable, eso sí.
¿Faltará mucho para que los franceses inventen el mango insalible?
7 comentarios:
Y lo agradecidos que están los strepers al velcro!!
Lamento informar que el teflón es anterior (muy) a la carrera espacial:
Teflon wiki
(Esto en realidad lo se por mi libro "breve historia de la quimica" de I. Asimov, pero no sé como poner link a mi libro asi que puse el de wikipedia que dice mahomeno lo mismo)
Por otro lado ya que estaba ahi busqué Velcro, y tampoco:
Velcro wiki
O sea que carrera espacial, nada, agradézcale más bien al año 1941, al parecer.
Por otro lado, esto me recuerda la anécdota (probablemente ficticia pero no por ello menos divertida) que dice que los norteamericanos se encontraron con que flotando en situación de ingravidez, las lapiceras y biromes no escribían. Encargaron entonces a un equipo de desarrollo que investigara y resolviera el asunto; unas semanas y varios millones de dólares después, tenían una lapicera presurizada con un mini tanque de nitrógeno que escribía en cualquier condición imaginable.
Los rusos, enfrentados con el mismo problema, usaron un lápiz.
Y por oooootro lado, voy a tener que dejar de decir "por otro lado"
Juanro, larga un poco los libros!!!
yo tengo un libro con tapas de teflon que se cierra con velcro.
esta muy bien para freír huevos en su tapa, pero no lo lei . . .
Son ellos que no me largan a mi.
Publicar un comentario