miércoles, 31 de marzo de 2010

¡Se acaba la polémica acerca de si los trasandinos son de allá o de acá!

Como todo el mundo sabe, hay argentinos que nos tienen mala. Una mala viva y coleando. Una mala activa, digamos; así que todos los veranos mandan su mejor filete a que se exhiba semidesnudo en nuestras playas para opacarnos, para minar nuestra autoestima, para pulverizarnos el amor propio, para destruirnos desde adentro; y todo con el beneplácito de nuestras autoridades, del Servicio Nacional de Turismo, de la Cámara de Comercio y a vista y paciencia de la OEA y de la ONU. El único que ha intentado poner coto a esta ignominia es un encantador webloguero semidesconocido, pero han sido rayas en el agua: vienen igual.

Hasta ahora nos la hemos bancado (¿viste?, ¿viste que tiene razón Fito Páez cuando habla de "aniquilación cultural"?) más o menos bien gracias a periódicas incursiones a territorio enemigo (léase Mendoza, Buenos Aires y Bariloche, particularmente); incursiones en las que a sangre y fuego nos hemos comido todo el bife chorizo, el sánguche de mondiola y la pizza con fainá que hemos podido; tanto así que según los últimos informes emanados de entidades competentes, los mencionados ya figuran como "especies en riesgo de extinción, o casi".
Y chaquetas de cuero. También nos traemos las chaquetas de cuero. Yo he visto chaquetas de cuero (camperas les dicen allá; evidenciando cierta incompetencia a la hora de poner nombres, porque campo, campo campo, campo con huasos y rodeo allá no hay) he visto chaquetas de cuero, repito aun a riesgo de sonar reiterativa pero por si el querido lector se perdió, chaquetas de cuero llo-ran-do de miedo en las vitrinas de calle Florida.
Yo, que no soy de fierro, mejor me traje un cinturón la última vez que fui porque no resistí ver ese deplorable espectáculo.

Lo cierto es que, con este tira y afloja, durante décadas hemos -ellos y nosotros- mantenido las fuerzas en un cierto equilibrio precario. Un Balancín Geofísico-Turisticopolítico-Gastronómico, si me permiten; si me permiten los geofísicos.

Peeeeeeero, me acabo de enterar de que el sueño argentino de "empujar la cordillera todos los días un poco" (sic) para que nos caigamos al mar ha llegado a su fin. ¡Ahora es un HECHO!
Y para peor un hecho irrefutable.
No hay nada peor que un "hecho irrefutable" y certificado por una universidad gringa, ¿sí o no?
Sí. No hay.

Y el hecho irrefutable es que los ARGENTINOS, en CONNIVENCIA con el TERREMOTO grado 8.8 ocurrido el 27 de febrero del año en curso, con la ANUENCIA de las PLACAS TECTÓNICAS y de la OEA y la ONU, ¡¡SE ESTÁN VINIENDO PARA ACÁ!!

Pero, y atención con esto, no es que digan "che, mirá pibe, ¿y si este finde nos vamos a dar una tavuel a Lechi, nos vamos, chabón?, ¿vistes?, digamoslón", no, NO ES ASÍ LA COSA. Cuando digo -y no lo digo yo, lo dicen los gringos- que SE ESTÁN VINIENDO PARA ACÁ, me refiero a que se vienen con TODO, con casas, con cosas, con gatos, ¡¡con el Jardín Botánico!!, con todos los Palermo nosécuánto, con los diseñadores, con los "restó", con el vino Toro Viejo, que una vez me traje una botella de Mendoza y menos mal que todavía no la abro porque supe de buena fuente que es tres tiritones, con... con... a ver... con qué más... ¡CON LOS MOSQUITOS DE MIÉRCALE!, y el dengue, y ese clima de porquería que tienen, con calor pegajoso y lluvia en verano, y tormentas eléctricas, y aparte son como 80 millones, y yo no sé dónde se irán a quedar porque en mi casa no hay más camas, y estoy acostumbrada a vivir sola, y tengo mis mañas, pocas pero tengo. Aparte, bueno, no sé si ya lo pensaron pero voy a estar en el fondo del Oceáno Pacífico, contándole historias al Kraken.
Así que bueno, ¡tsk!, si no hay nada que hacer, si no hay más remedio, willkommen, benvenuto cellini, umbingelelo.

Y se lo van a perder, ¿eh?
Dicen que los libra somos unos anfitriones tremendos.

6 comentarios:

aleida-g dijo...

No, si los argentinos somos así. Donde te dormiste, te velamos.
Aprovechamos el terremoto para correr un poco la medianera.
Perdón, la Cordillera.

Juanro dijo...

Items 24 y 25, premonición pura. Yo le preguntaría los números de la quiniela al weblogero cuasi desconocido. O casi.

Anónimo dijo...

Acá hay algo que no me cierra (como dijo Florencia de la V)...
Si Buenos Aires se desplazó 1" hacia el oeste y Santiago 11"; alguien se está llevando las 11" que sobran.
No parece mucho, pero con todo lo largo que es Chile han de ser varios miles de hectáreas.
Moncho

Anónimo dijo...

Sí tabién, 10 pulgadas, digo 10... ¿ok?
M

Matias dijo...

No se tome el Toro Viejo por el amor de dios!...con los buenos novis que tienen los trasandinos(uds.)...ahi vamos (nosotros)...esperennon che!
Saludos porteños.

Anai Le dijo...

A lo mejor el Toro es como la gallina, que no importa que sea vieja siempre que se cueza al primer hervor.

O sea, hervido, con azúcar, clavo, canela y rodajas de naranja, de este invierno capaz que no pase.

Cada roto tiene su descosido.

Lo que traducido es algo así como "todo se soluciona poniéndole un poco de onda.
Y clavo y canela".