sábado, 20 de marzo de 2010

Algún día las máquinas dominarán al mundo: ¡En mi casa ya empezaron!

Y quiero dejar registro de que todo partió en el reloj del laptop.

En mi viejo computador yo cambiaba la hora cuando quería y si, y sólo si, yo quería.
En éste la hora se cambia sola.
¡Pero en este país postergaron el cambio de hora, loco!
¡Y si quiero adelantar el reloj, no puedo porque me pide una contraseña que yo no tengo!
¡Y cuando aparece por casa la pensionista que alguna vez fue mi hija y me acuerdo de decirle lo del reloj, y accede, y lo cambia, ¡esta cosa agarra y al rato se cambia sola otra vez!...!

Esto está provocando efectos devastadores en mi psiquis:
1. Comenzó la crisis del "nido vacío".
2. Dependo de mi hija.
3. Todavía no mando a reparar mi computador, y en él tengo fotos tan lindas.
4. Mi mente juega conmigo y me convence de que son las 2 de la mañana, así que me acuesto a las 3 y no alcanzo a dormir ni 4 horas.
5. Y me quedo dormida el día que tengo que ir a trabajar.
Creo que esto ya lo conté.

Ah, y también está el asunto de que las máquinas van a dominar al mundo y en mi casa ya empezaron.

Es fregado percibir que el Apocalipsis comenzó y tener que hacer como si nada.


Actualización:
¡Viste!
¡Viste lo que te digo!
Ahí dice que publiqué a las 09:47, pero en el reloj del velador dice que son las 11:03; en el de la radio, las 11:05; en mi reloj pulsera, las 11:00; y en el de la cocina, ¡las 07:20!

Ah, pero ése no cuenta porque no tiene pilas.




A propósito, si hay algún lector que resida en China, le agradecería me contactara para afinar detalles en cuanto a un negocio de importación de pilas (2).
Las AA estándar le quedan grandes al reloj de la cocina y odiaría tener que pensar que me cagaron cuando me lo vendieron.

3 comentarios:

Luciano dijo...

No sé por dónde empezar para comentar este post. Ah, ya empecé.
Nada, esperá 6 meses y cambia todo de nuevo y listo.

aleida-g dijo...

Ay, mi querida Anaí!No creo que las máquinas se esten apoderando del mundo, y si fuera así creo que de todos modos no podría irnos peor que con los dueños que el mundo tiene ahora.
Quizá solo están gozando de una especie de anarquía horaria, la misma que disfrutabamos nosotros siendo bebés y de la que desgraciadamente no tenemos memoria (si no, "minga" nos iban a joder ahora).
Comíamos, dormíamos, jugábamos sin importarnos el reloj y hacíamos nuestro popó y nuestro pipí sin estar condicionados a cuan cerca había un baño.
Con respecto a lo de los chinos, no se lo recomiendo, salvo que sepa hablar muy bién el chino mandarín. Hace seis meses que intento hacer negocios con ellos, pero o se hacen los giles o el traductor de google es realmente inutil, lo único que conseguirá es que le ofrezcan pilas, pero de cosas inútiles.

Anónimo dijo...

Ah! ¿era eso?, tengo un teléfono de última generación que a veces se cambia una hora patrás o una hora palante, osea que me despierta cuando quiere el condenado
Moncho