martes, 30 de marzo de 2010

Séptimo Mandamiento

Si ustedes fueran ladrones -que no digo que lo sean; es un suponer- y entraran a mi casa, nunca encontrarían los lugares donde dejamos escondidos el notebook y la plata.

Mejor desistan.

7 comentarios:

Luciano dijo...

Yo también pienso eso.

aleida-g dijo...

Reconozcamos que todos aquellos a quienes los cacos le llevaron la notebook y la platita pensaron exactamente lo mismo.

Anai Le dijo...

La gracia está en que cada dos días hay que cambiar de lugar al menos la plata.
Aquí la seguridad es tal que hay veces en que se me va la tarde tratando de encontrarla.

aleida-g dijo...

Ahhh, pero usted vive en una mansión. A mi al tercer día se me agotaron las opciones!

Anónimo dijo...

Si yo fuera ladrón - no digo que lo sea- y entrara a su casa -es un suponer-, tal vez estaría conforme de sólo encontrarla a usted.
El problema más serio es cuando el ladrón dice amablemente, poniendo una navaja en su cuello, -Dame la platita y la notebook nena...
Moncho

Anónimo dijo...

Ahí hay que preguntarle si conoce la historia de un gaucho que se llama Inodoro, que está casado con la Eulogia, y tiene un perro, el Mendieta, que cuando la cosa se pone peluda dice "negociem..."...
No, no, hay que alargar lo más posible antes de llegar a la parte ésa.

Anai Le dijo...

Uy, ése se me fue sin firma.